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¿Cómo sabes si eres adicta al juego?

El juego y los juegos pueden ser un gran pasatiempo, sin embargo, llega un momento en la vida de algunos jugadores en el que necesitan seriamente mirarse a sí mismos y preguntarse: “¿Soy un adicto al juego?” Pero, ¿cómo saber si eres adicto al juego? En este artículo, voy a ver algunas cosas clave que diferencian a un adicto al juego de un jugador social o aficionado.

En primer lugar, eche un vistazo a sus patrones de pensamiento y vea si puede identificar si está pensando en apostar mucho más de lo que cree que debería. Esto puede ser un poco complicado de detectar porque es posible que no crea que está en su mente todo el tiempo cuando en efecto lo está. Por ejemplo, ¿estás pensando en apostar regularmente mientras estás en el trabajo? ¿Tu mente se distrae pensando en los juegos de azar mientras conversas con alguien sobre un tema que no tiene ninguna relación? ¿Estás pensando en eso cuando estás acostado en la cama antes de irte a dormir? Los patrones de pensamiento como estos se atribuyen a jugadores problemáticos o adictivos.

Sin embargo, los patrones de pensamiento pueden variar, por ejemplo, siempre estoy pensando en los juegos de azar porque escribo sobre ellos regularmente, tengo mi propio blog relacionado con los juegos de apuestas y soy periodista de varias publicaciones en línea relacionadas con el tema, aunque al decir eso, estoy no pensar realmente en sentarse en una mesa y jugar un juego. ¿Puedes ver dónde difieren los patrones de pensamiento?

Sin embargo, el problema principal cuando se detecta un problema o un jugador adicto suele estar en sus acciones y no en sus pensamientos. Conozco a muchos jugadores aficionados que siempre están en una mesa de juego en su tiempo libre o juegan en línea, pero muchos de ellos nunca juegan por dinero, solo juegan para disfrutar del juego.

Aunque no pienses que porque el dinero no está involucrado, no es una adicción; esto se puede categorizar como comportamiento adictivo si el juego afecta otras partes de su vida, como las interacciones familiares, o si no puede controlar sus impulsos de jugar a pesar de que no está jugando por dinero.

Pero, sobre todo, con los jugadores vienen las desventajas financieras que el juego adictivo generalmente conlleva. Si juega regularmente dinero que no debería gastar, dinero que debería gastar en su familia u otros gastos generales de la vida, entonces lo más probable es que sea un jugador adicto y tenga un problema.

Si alguna de estas cosas te suena, es recomendable buscar ayuda en el asunto. La adicción al juego puede ser tan poderosa como la de las drogas, el alcohol o el sexo y, si no se controla, puede apoderarse de su vida o arruinarla. En la mayoría de las personas el problema es manejable e incluso curable, aunque el primer paso siempre es buscar ayuda.

¡Así que recuerda, diviértete con tus apuestas pero no dejes que se escape de tu control!